El complejo de la Catedral de Verona está constituido por la Iglesia Catedral, la Iglesia Canónica de Santa Elena, el Baptisterio de San Giovanni in Fonte y el Claustro de los canónigos.
Durante la época romana, en las inmediaciones de la Catedral se situaban importantes residencias, termas, y un pequeño templo dedicado a la diosa Minerva.
Durante el siglo IV d.C, y por voluntad del entonces Obispo San Zeno, surge en este lugar, la primer Catedral de la Diócesis.
Durante la expansion del Cristianismo, esta primer Basilica resultó muy pequeña. Por tal motivo se hizo necesaria la construcción de una segunda, mucho más grande, que fue utilizada hasta el siglo VII.
Algunas huellas y restos de los mosaicos de estas primeras construcciones paleocristianas pueden admirarse hoy, gracias a las excavaciones arqueológicas efectuadas en la Iglesia de Santa Elena y en el Claustro de los canónigos.
La Catedral dedicada a Santa Maria Asunta, se encuentra actualmente más al sur con respecto a la ubicación original que tenían las basílicas del período paleocristiano. De hecho se construyò en la zona ocupada precedentemente por el Complejo Carolingio de Santa Maria Matricular, que fuera destruido por un terremoto en 1117.
El interior de la Catedral fue completamente renovado entre mediados del siglo XV y mediados del siglo XVI, con la construcción de las capillas laterales, y la inclusión del coro semicircular en el ábside.
El presbiterio, es el resultado de la adaptación a las normas litúrgicas introducidas por el Concilio Vaticano II. Fue intervenido durante los años 1987 y 2013.
El diseño de la torre nunca fue terminado.