Durante y después de la guerra, una "terrible tristeza" se plasma en la expresión artística, marcada por imágenes congeladas, colores sombríos; y se da un giro hacia la fotografía y el cine, más eficaces para describir los combates. Dadaísmo, arte abstracto, surrealismo y nueva objetividad fueron algunas de las corrientes artísticas que caracterizaban a los pintores de aquella época.