3. Los bombardeos del 31 de mayo de 1938 y del 24, 25, 26 de enero de 1939
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La mañana del martes del 31 de mayo de 1938, la ciudad hervía de actividad. La gente iba y venía: al trabajo, a la escuela o a comprar. De repente, a las 9 y cinco minutos de la mañana,  empezaron a oirse explosiones que pillaron a todos por sorpresa. Ninguna sirena avisó del peligro. Eran cinco aviones Savoia S-79 que habían despegado del aeropuerto de Son Sant Joan en la isla de Mallorca, donde los fascistas italianos tenían una de sus bases aéreas. En la hoja de ruta de los pilotos decía «Granollers». En sólo un minuto dejaron caer sobre la ciudad 60 bombas y 750 kilos de metralla. El resultado del ataque fue el caos, la destrucción y la muerte. Por lo menos unas 224 personas perdieron la vida y 165 resultaron heridas graves. No se pudieron registrar las heridos con lesiones menos graves. El bombardeo provocó destrozos en más de un centenar de edificios.

De acuerdo con la documentación conservada en los archivos históricos de la aviación italiana y española, los objetivos militares del ataque eran las centrales eléctricas de la calle del Rec  y las industrias de la ciudad que habían sido reconvertidas en fábricas de guerra. También los talleres de montaje y de reparación de aviones rusos, y el campo de aviación que había entre los términos de Llerona y la Garriga figuraban como objetivo. Las vías estratégicas de comunicación, como la estación de ferrocarril de la línea del Norte y el puente sobre el río Congost, formaban parte de los objetivos del bombardeo. Ninguno de estos objetivos militares fue alcanzado. Granollers, al igual que otras ciudades, fue víctima de una nueva táctica bélica: los bombardeos sobre la población civil en la retaguardia.

Los días 24, 25 y 26 de enero de 1939, justo antes de que la ciudad fuera ocupada por las tropas franquistas el día 28, Granollers volvió a ser bombardeada, como parte de la estrategia de apoyo al avance de las tropas franquistas. Hasta el 1 de abril no se terminó oficialmente la guerra en todo el territorio español, si bien el 28 de enero marcó el fin de una época y el inicio de una dura posguerra.

Estos ataques causaron una cuarentena más de víctimas y numerosos destrozos en la ciudad. Las calles más afectadas fueron las de Anníbal, Sant Jaume, Ricomà, Josep Umbert y el paseo de la Muntanya.

Al pasear por Granollers encontraremos en el suelo baldosas rojas y blancas, que llevan inscrita la fecha del 31 de mayo de 1938. También otras de color negro y lila con la fecha 24, 25, 26 de enero de 1939. Estas baldosas señalan los lugares afectados por los bombardeos. De este modo, la ciudad integra en el urbanismo de sus calles y plazas la memoria de un pasado trágico como homenaje a todas las personas que perdieron la vida durante la Guerra Civil española.

A continuación, saldremos de la plaza de l’Església por el lado este hasta llegar a la plaza de la Porxada.

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Ajuntament de Granollers

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