Continuamos avanzando por la calle de Santa Esperança hasta llegar a la calle de Anselm Clavé. Ante nosotros encontramos Can Ramoneda, construida en 1902 por Francesc Mariné. Es uno de los edificios más emblemáticos de este eje viario que fue inaugurado en 1848. Can Ramoneda fue una de las numerosas casas decomisadas durante la Guerra Civil. Los primeros meses del conflicto fue la sede del Comité Antifascista Revolucionario. En el jardín de la casa se almacenaron objetos de hierro, como las campanas que se habían retirado de campanarios de las iglesias y capillas de la comarca, que posteriormente se llevaron a las fundiciones para darles otros usos.
La calle de Anselm Clavé fue uno de los espacios más afectado por el bombardeo de 1938. Algunos edificios se desplomaron por el impacto directo de las bombas, otros sólo resultaron dañados por la onda expansiva y algunos se derrumbaron meses más tarde debido al mal estado de las paredes medianeras de los edificios vecinos afectados.
Si continuamos en dirección sur, hacia la plaza de la Corona, concretamente antes de llegar a la esquina con la calle Nou, podremos encontrar diversas baldosas conmemorativas del bombardeo. Se encuentran delante de los números 24, 32 y 36.
En la misma calle de Anselm Clavé, pero en dirección norte, se encuentran más baldosas entre los actuales números 4 y 6. Si seguimos hacia la plaza de Maluquer i Salvador hay una baldosa colocada entre los árboles, en el lugar donde estaba situado el quiosco de can Mulet, donde hubo varias víctimas al ser destruido por las bombas.
Continuamos hasta la plaza de Josep Maluquer i Salvador.