Un alzado en piedra gris azulada con porche, terraza y escudo rococó.
Inicialmente, las reuniones del Ayuntamiento se celebraban al aire libre, junto a la iglesia o en el pórtico de esta.
Ya en el siglo XVII ya tenía Leitza casa propia para juntas. En documento de 1716, ya se indica que en la casa concejil Echachunea se habían realizado obras. Frente a la casa, existía una pequeña plaza, que aún hoy día se llama “plaza zaharra” (plaza vieja).
En el siglo XVIII, la casa Ayuntamiento Echachunea ya se había quedado pequeña para albergar los diversos servicios municipales. Así, el año 1737 el Concejo de la villa comienza los trámites para levantar una nueva casa concejil. El solar elegido corresponde a un terreno con casa y huerta pegante que llaman de Marquillos, propia del mayorazgo de Alduncin de Goizueta.
La nueva casa concejil fue terminada para el año 1745. De este edificio, de la que se conservan algunas fotografías, ocupaba un amplio rectángulo y presentaba un aspecto macizo, de excelente piedra sillar.
Una vez que las obras terminaron, en 1745 se realizó una importante urbanización en la llamada Plaza Nueva. Se delimitó un amplío espacio por medio de dos muros de mampostería con losas labradas. Al año siguiente, se reformó la cabecera de esta Plaza Nueva y se revocó la cara del frontón.
Y finalmente, el año 1752, se confeccionó en la facha principal de la casa Ayuntamiento, un ampuloso escudo de armas de la villa adornadas con labores de rocalla y estandartes. En campo de oro un roble verde, al pie un lobo de color natural, andante y una orla sangrienta con ocho aspas de oro.
El año 1915, decidió el Municipio hacer una gran reforma y ampliación de la casa consistorial para reunir en ella diferentes dependencias, entra las cuales figuraban las nuevas escuelas primarias y viviendas para maestros.
El proyecto era del arquitecto Guillermo de Eizaguirre, vecino de Tolosa. El edificio tiene un aspecto de gran nobleza por su construcción de piedra sillar caliza azulada y por la sobriedad y fuerza de sus líneas. En la segunda planta, recorre los huecos un balcón corrido con barandillaje sobre fuertes repisas de piedra. La fachada del primer piso está delimitada por fuertes pilastras, y en ella se abrieron grandes ventanales. En la planta baja se vuelve a la tradicional arcada con nueve arcos de medio punto que se apoyan, a través de lisas impostas, en pilares y que dan paso a unos soportales. Al cuerpo central del edificio le adosaron un ala a cada lado de dos arcadas y piso en todo igual a lo descrito. Culmina el conjunto una moldurada cornisa de piedra y un saliente alero de madera.
Corona el edificio la esfera y campana del reloj en un armazón metálico. En los años 40 se procedió al cambio del reloj inicial por otro nuevo. Actualmente, está en perfectas condiciones de funcionamiento tras su restauración el año 2008 con la ayuda desinteresada de un vecino, Pedro José Aizpuru, hijo de un antiguo empleado municipal, que tuvo a su cargo el reloj durante años. Durante muchos años también, lo cuidó con verdadero esmero, cariño y devoción, don Lorenzo Lasarte Otermin a quien debemos que hoy día se haya podido recuperar.
Actualmente, en este edificio, están polarizados la mayor parte de los servicios oficiales de la villa.
Hay que hacer mención especial del salón de plenos que está en la segunda planta del edificio por su elegancia y sobriedad. Mencionaremos también, la mesa que preside la sala, toda labrada, y en un ángulo de la sala, la maqueta de Leitza realizada por el estudioso José Miguel Elósegui Aldasoro y donada gratuitamente al municipio.
En 2009, limpiaron la fachada de la casa consistorial y el frontis de la plaza, con las aportaciones que hicieron los vecinos de Leitza dentro del programa “tú eliges tú decides” que impulsa Caja Navarra.
En 2009 renovaron toda la primera planta del edificio y en 2002 toda la segunda planta.
El año 2010 se ha procedido, también a mejorar el mobiliario y ornamentos del salón de plenos. El empleado municipal Pablo Feo Gómez y, los usuarios del taller Okile han procedido a restaurar las sillas oficiales de los concejales, a la vez que se han colocado copias de fotos antiguas de Leitza y copias del fuero de Leitza junto con el del documento más antiguo conservado en el archivo municipal