Jaime Garzón fue alcalde menor de la localidad en los años ochenta. El famoso periodista y humorista se preocupó mucho por la gente del campo. Aunque su alcaldía haya durado poco, fue destituido en menos de dos años, Garzón figura en la memoria de la gente y perdurará su memoria gracias al colegio que lleva su nombre.
Las instalaciones y servicios del Colegio son de muy alta calidad, si se le compara con otros colegios distritales. El Colegio recibe estudiantes de los corregimientos Nazareth y Betania. También tiene sedes de primaria (escuelas) en la mayoría de veredas. Al ser un Colegio campestre (rural) su educación tiene énfasis en las prácticas ambientales y agroecológica.
Lo invitamos a leer esta crónica sobre uno de los personajes del Colegio, realizada por Ana María Méndez
Don Pedro Antonio Ramírez es uno de los vigilantes del Colegio Campestre Jaime Garzón IED, él nos recibo con un apretón de mano, una sonrisa que, a falta de dientes, se vio tan sincera como cualquier otra, un hombre que nos ofreció un asiento y apagó su radio solo para charlar con nosotros, un hombre que al hablar del Sumapaz lo hace con tanta esperanza, a quien no le importa si baja la niebla y cubre su sitio de trabajo, o si a la 1 de la mañana se ve obligado a colocarse tres ruanas por el frío tan inclemente, él ama su región y el legado que le dejó su padre, físico y espiritual, legado que ha impartido en sus hijos –pues ellos también son vigilantes-. Un hombre que sufrió los embates de la guerra, pero que no le fue obstáculo para ayudar al progreso de su región. Trabaja de lunes a viernes en turnos de 24 horas, a pesar de su edad, él no deja de ser una persona vigorosa que busca cumplir con su trabajo como debe ser, poder cumplir sus sueños y hacer felices a sus hijos, ser un ejemplo a seguir para ellos.
Este personaje terminó su bachillerato mientras trabajaba, y se siente orgulloso de ver como este colegio es un impulso social al progreso, lo fue para él y está seguro que lo será para los demás. Don Pedro no tiene día de descanso, pues los fines de semana que no cuida el colegio está trabajando en su finca, sembrando y cosechando, siguiendo los pasos que le dejó su padre y que no quiere que sus hijos continúen, pues él desea que ellos hagan mucho más de lo que él hizo, que estudien y se preparen para el futuro. Al hablar de sus hijos le brillan los ojos, pues el siente que son su mayor orgullo, y sabe que sin importar las circunstancias, los apoyará para que cumplan sus sueños, desea estar a su lado en cada paso –positivo o negativo- que ellos emprendan, y demostrarles que no hay impedimento para llegar lejos, y aún mejor, que su padre, siempre estará orgulloso de sus hijos a quienes cuidará hasta donde la vida se lo permita.
Este personaje es de los que marcan, porque demuestra que los pequeños obstáculos no son imposibilidades a la hora de cumplir los sueños, que si uno quiere, un puede hacerlo, siempre y cuando uno lo haga con amor, todo saldrá bien. Es increíble que él al luchar por ser un ejemplo para sus hijos terminó siéndolo para mí, un personaje que cambia el ánimo en un instante, que enseña que solo con una sonrisa se puede cambiar el día de alguien, que la cordialidad cambia formas de ser, que la calidez retan a ser un mejor ser humano, un ser que trabaja por hacer lo mejor por su familia y su región, un corazón que muestra que sin importar los impedimentos que ponga la vida, siempre habrá un mejor mañana, que se puede luchar por cambiar las cosas, solo para ser feliz, y que no necesitamos ser famosos para cambiar vidas, solo necesitamos de una silla, un buen gesto y un corazón sincero, esos son los que enseñan las mejores lecciones para la vida.
Ir a Sumapaz lleva algo de tiempo, pero por personas como Don Pedro, los sitios tienen una mejor cara, y cambian la forma de ver los sitios, muestran que una palabra cordial puede dar o no una buena impresión. Como dice Benjamín Button “La vida no se mide en minutos, se mide en momentos” y estoy segura que el momento que tuve para compartir con este personaje me marcará para siempre. Cada vez que quiera visitar el Sumapaz lo invito a que pase por el Colegio Jaime Garzón y hable con Don Pedro Ramírez, estoy segura que al igual que a mí, él marcará su vida, y tendrá más historias que contarle, más de las que yo plasme en estas líneas.