El 9 de abril de 1948, mientras el reloj de la torre de la Iglesia San Francisco marcaba la 1:05 de la tarde, a la salida del edificio Agustín Nieto en la Carrera Séptima de Bogotá, el caudillo político más importante del Siglo XX en Colombia, recibió tres disparos: en un pulmón, en el cráneo y en una vértebra a la altura del cuello, presuntamente a manos de Juan Roa Sierra.
Actualmente en éste lugar se encuentran las placas conmemorativas de su asesinato.