La construcción del Polígono Gornal iniciada en 1972 siguió un proceso diferente al de Bellvitge en tratarse de una promoción pública del Ministerio de la Vivienda, hecho que no lo alejó de muchos problemas desde el minuto cero. Su planificación se remonta al año 1959.
Los terrenos destinados al Polígono Gornal ya estaban ocupados por los vecinos de la calle Campoamor, que estaban en desacuerdo absoluto con las condiciones de expropiación.
Se llegaron a construir 2252 viviendas, prácticamente la mitad de las previstas.
Aunque el proyecto es anterior, se vinculó a las inundaciones del año 1962 y al “Plan de erradicación del Barraquismo y fincas ruinosas” para paliar las necesidades de vivienda.
La ocupación de los pisos estaba reglada según una seria de cuotas de distribución establecidas por el ministerio: expropiados, sindicato, policía armada, personal del Ayuntamiento, necesidades del Ministerio de Vivienda, Gobierno Civil, Capitanía General, Guardia Civil, Dirección General de Policía, Obispado, Audiencia, Ministerio de Educación…
Las condiciones de pago eran iguales para todos y variaban en función del tamaño de la vivienda.
En el año 1977 aún había 150 pisos vacíos y se ocuparon “ilegalmente” una cincuentena por ciudadanos que todavía vivían en barracas en Can Pi. Se produjeron secuencias de ocupación y desalojo durante un tiempo hasta que se normalizó y legalizó la situación.
Los vecinos y vecinas del Polígono Gornal se encontraron con carencias, si caben, superiores a las de Bellvitge, con la dificultad añadida de las barreras formadas por la autovía de Castelldefels y las vías del tren. Convertían el barrio en un “gueto” aislado del resto de la ciudad. Sin farmacia, sin tiendas ni mercado, sin escuelas, etc. La vida cuotidiana era muy complicada y para cualquier cosa era necesario cruzar las vías del tren, con el peligro que ello comportaba.
Las reivindicaciones vecinales estaban servidas, la lucha en la calle, en las plazas, con los trabajadores, con las parroquias, con las entidades.