Finalizada la trágica y discutida “Conquista del Desierto” e incorporada la Patagonia al territorio nacional, había que promover el desarrollo de la región e instalar medios de comunicación con los puertos de Buenos Aires y Bahía Blanca.
La construcción de un ferrocarril y el telégrafo que uniría estos puntos con nuestra región, diagramándose también la conexión con la frontera con Chile, la concreto la empresa inglesa del FFCC de Sud, fundada en Londres.
El contrato incluía, entre otras concesiones, el ingreso de material ferroviario, incluido el carbón, libre de impuestos.
La dirección del proyecto estaría a cargo de ingenieros ingleses, quienes estudiarían y elegirían los lugares por donde pasaría el riel, y la mano de obra utilizada para la colocación de los durmientes era de origen inmigrante: españoles, italianos, portugueses, etc…
Desde Bahía Blanca la línea se extendió hasta Estación Limay (hoy Cipolletti), la misma empresa construyo el puente sobre el Rio Neuquen.
En 1902 se autorizó el servicio ferroviario desde Bahía Blanca hasta Neuquén convirtiéndose en la nueva capital del territorio en 1904.
Hasta aquí el proyecto venía siendo exitoso, lo que llevó a los ingenieros ingleses Alexander, Burton y Pound a realizar los estudios para llegar a Zapala y luego a Chile. La tarea no fue fácil porque tardaron 3 años en construir 500km de vías entre Bahía Blanca y Neuquén y para continuar el ramal desde este último a Zapala 14 años más.
La estación intermedia entre ambas localidades era Ramon Castro, ubicada a 30 Km al este de Zapala, allí bajaban los pasajeros del tren y debían recorren el resto del trayecto en carros. Los trabajadores se alojaban en ranchos de adobe a medida que avanzaba el tendido de rieles hacia el oeste, el primer edificio de la empresa fue un tanque de agua de forma cilíndrica el cual tenía 2 pisos, en el inferior guardaban las herramientas, en el superior almacenaban el agua indispensable, al igual que el carbón, para el funcionamiento de la maquina a vapor.
El edificio de la estación es de estilo inglés, el plano utilizado es el mismo en todos los países donde sus ingenieros participaron en el desarrollo ferroviario, desde Argentina hasta la India. El techo es inclinado de chapa de zinc con remaches de madera, las paredes de volumen neto ya definido, ladrillo visto o revocado, chimeneas y verjas prefabricadas, posee en sus espacios inmediatos galpones para depósito de cargas y tecnología fundamental para la infraestructura ferrocarrilera, tal como el puente giratorio entre otros.
Desde agosto de 1913 las obras de la línea férrea de Neuquén a Zapala estaban terminadas. Antes de la inauguración oficial los trenes cargueros corrieron diariamente entre ambos pueblos pero sin pasajeros. Cuenta el periodista, luego Gobernador (a partir de la provincialización) Sr. Ángel Edelman que….”al finalizar diciembre me toco viajar a Zapala encaramado entre bultos menores que con algún cajón más bajo servían de asientos improvisados en el vagón de cargas, lento, provisorio e incómodo”…
A principios de Enero de 1914, fecha de iniciación oficial del tráfico, quedaron habilitadas las estaciones de la línea (menos Plaza Huincul y Cutral-Co) y los primeros pasajeros que llegaron a Zapala fueron los integrantes de la familia Afione. Siendo el Jefe de Estación el Señor Pedro Nievas.
Coincidiendo con la posibilidad de que el tren llegue hasta Zapala, es que Arturo y Tomas Trannack, como propietarios del establecimiento ganadero “Campo Zapala” destinan una fracción de tierras para las vías del tren y la Estación Ferroviaria. Luego concretan la donación de varios lotes al Estado Nacional para la edificación de instituciones del pueblo, Escuelas, Iglesia, Cementerio, Plazas etc. El resto de los lotes fueron vendidos, a través de una inmobiliaria familiar, ya que algunas personas se habían instalado un año antes.