Ascenso en Funicular o Teleférico. El Cerro de Monserrate cuenta con una historia muy hermosa. Desde sus principios, antes que naciera Bogotá, solía ser utilizado por nuestra civilización indígena, los Muiscas con el ánimo de realizar rituales y ceremonias en honor a los dioses, como el dios del Sol (Sue, en el lenguaje chibcha), el más importante para ellos. Los Muiscas, una civilización avanzada con estructuras jerárquicas, sistemas de trueques y mucha sabiduría y magia, creían que Sue era el encargado de fertilizar las plantaciones y darle vida al mundo. Partiendo de este concepto, los Muiscas se ubicaban en la cima de diferentes Cerros y Montañas para estar más cerca de Sue y a través de ofrendas y sacrificios aumentaban la posibilidad de conectarse y recibir la energía que los protegería de todo mal. Este Cerro ubicado aproximadamente a 3.200 metros sobre el nivel del mar, fue el lugar idóneo para estos rituales, allí encontrábamos una comunidad organizada y distribuida según la posición social. Sin embargo, todo esto cambió. Se dice que esta comunidad se ubicó en este Cerro alrededor de más de 100 años, entre el inicio de 1.400 hasta 1.500, hasta la llegada de los conquistadores. En 1540 es la fecha oficial de la ocupación del Cerro en manos de los españoles conquistadores. La forma de concebir el mundo para los Muiscas, representaba en los españoles una religión pagana, por eso los españoles conquistadores comenzaron a desalojar el Cerro, a opacar y eliminar a los indígenas. Con el transcurso del tiempo durante la colonización, los espacios en la ciudad que conocemos hoy como Bogotá se transformaron, pasaron de tener campos verdes dedicados a la agricultura a calles y construcciones religiosas. Ya está a punto de llegar al final de este pequeño primer viaje. Si usted ha subido por el Funicular, la tercera parada la encontrará siguiendo el camino. Si ha subido por Teleférico deberá descender hacia la tercera parada.