Frente al Hospital Gil Casares, nos topamos con una extensa finca, que como podemos leer en el cartel de entrada, se trata de un garaje-lavado de coches. Este espacio podemos identificarlo en el mapa de 1956 como un área de campo, probablemente de cultivo, y asociada a la pequeña casita que vemos en el interior de la finca, al fondo. Dicho esto, hemos considerado que la visita incluyese este lugar por ser un gran ejemplo de reutilización del espacio para un uso más adaptado a las necesidades actuales. En la actualidad podemos relacionarlo directamente con el hospital, que cuenta con una afluencia considerable en coche, y que podría implicar un gran número de potencial clientela para el negocio de lavado. A pesar de esto, y teniendo en cuenta que se han borrado los precios del cartel, y las precarias formas de cerrar dicho espacio, no estamos seguros de que siga en uso como negocio. Por otro lado, sí encontramos huellas de uso a nivel de ocio para niños, como columpios, lo que nos hace pensar que se trata de una zona verde que acompaña -solamente- a los edificios que se abren hacia esta finca.
No sería de extrañar, con la todavía en auge expansión urbanística de Santa Marta, que este tipo de espacios se convirtiesen en los próximos susceptibles de ser edificados, sobre todo teniendo en cuenta su cercanía con el conjunto hospitalario. De la misma forma, se trata de espacios totalmente vacíos de identidad y que, por estar restringida la entrada a su interior, poco tienen que ver con los lazos sociales, exceptuando que se diesen entre los niños de estos bloques de edificios mencionados, a modo de parque privado. Además, si recapitulamos un poco, veremos que se trata de la misma finca que veíamos cuando paseábamos por Rúa Volta do Castro, y por lo tanto se encuentra también frente a la carretera principal de entrada desde Noia y Pontevedra, lugar donde comentábamos probable que se dirija el desarrollo urbanístico; en las cercanías donde ya existen ejemplos de edificios modernos y lofts.