Iglesia de San Miguel de Lillo
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La Iglesia de San Miguel de Lillo, en Oviedo, declarada como Monumento Nacional en el año  1885 y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1985, es sin duda, una de las perlas más valiosas del Prerrománico Asturiano.
 

Fue allá por el siglo lX, cuando el Rey Ramiro l ordenó la construcción de la Iglesia de San Miguel de Lillo, a escasos pasos del palacio, que fue, de Santa María del Naranco. Ambas edificaciones conformaban  un conjunto palaciego, sito en un entorno de verdes eternos, la ladera sur del Monte Naranco, a las afueras de la Capital del Reino, Oviedo.

Sería en el S.Xl, cuando debido a un movimiento de tierras provocado por un arroyo cercano, tal y como cuentan las crónicas de la época, se derrumbase  una buena parte del edificio , ni más ni menos que dos tercios del mismo, reconstruyéndose entonces la cabecera actual. A pesar de que actualmente queda solamente un tercio de la construcción original de San Miguel de Lillo, en Oviedo ( el pórtico y la nave hasta el transepto), los detalles que aún se conservan son dignos de ser admirados y bien merecen una visita, durante vuestra escapada a Oviedo. Cabe destacar que el aspecto actual del edificio es el resultado de diversas restauraciones y labores de mantenimiento y conservación que se han venido realizando desde 1850.

Situados en el exterior de la edificación, podemos observar una construcción caracterizada por una gran verticalidad. Asimismo,  sorprende su gran fachada , que conjuga maravillosamente elementos arquitectónicos con decorativos, nos encontramos ante una de las primeras fachadas monumentales de la arquitectura Española, en la que destaca el magnífico muestrario de celosías labradas en piedra  de las  que solo se conservan 4 de las originales.

A la entrada de la iglesia es imprescindible pararse detenidamente a observar las  jambas esculpidas,  en las que podemos distinguir bajorrelieves que representan ; escenas circenses, motivos vegetales y temas animales.

¿Una curiosidad?, Si nos vamos a la parte posterior del edificio y nos fijamos bien, podremos ver como hay alguna “pieza” que no encaja, pues parece ser que cuando el edificio sufrió el derrumbamiento, se aprovecharon materiales indistintamente de un lado u otro, tanto es así, que hay incluso parte de una columna interior.

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