Después de esa gran experiencia, dije, bueno, si se me hubiere perdido pues compro otro y ya, no me voy a arruinar mi viaje, así que mi perspectiva cambió y decidí ir a visitar las iglesias que tiene roma.
Empesamos con La Basílica de San Juan de Letrán, por eso decidí orar un poco por mi seres queridos y las personas que me rodean para también inspeccionarla a fondo para ver cómo son las iglesias en otros países.