Sol de medio día y frío abrasador. Llegar al Páramo de Sumapaz es inscribirse en un nuevo ecosistema dotado de lenguajes, concepciones y dinámicas desconocidas. El paisaje de alta montaña, como el percibido en la Laguna de Los Tunjos, dota de diversos significados la presencia del hombre en sus inmediaciones, y asegura el asombro ante el funcionamiento de tan estremecedor dispositivo de la naturaleza.
El agua se constituye como elemento fundamental de esta parte del recorrido, más no es el único con el cual se puede establecer un diálogo. Los Tunjos, laguna que ha sido sacralizada por unos y profanada por otros, alberga en su extensión, por ejemplo, los retratos del conflicto armado en Colombia, como también provee de elementos para el análisis de las condiciones de vida (económicas, sociales, religiosas, etc.) de los habitantes de las veredas cercanas. Mientras deja ver de lleno los rasgos ecológicos de la problemática ambiental generalizada en el mundo de hoy.
A 3780 msnm la ausencia de oxígeno y la dificultad para respirar son una característica de la vida humana, no algo de lo que asustarse. Lo despacioso del latido del corazón concuerda con la lentitud de los movimientos de reproducción y regeneración del ecosistema, que en su conjunto dejan entrever la escala temporal de esta historia a la par de cómo se puede percibir la extensión y caracterización geográfica de este territorio.
Para entender la ciudad de Bogotá en su expresión urbana, es menester indagar acerca de las formas de vida rurales de sus pobladores, y la relación que estos establecen de manera semejante con su entorno. Este recorrido puede ser un pasaje válido para la comprensión.
