Ninguno de los varios pueblos prehispánicos de lo que hoy es Colombia conocía la escritura. Y tampoco quedaron descendientes educados que pudieran escribir en castellano su versión de los hechos. Aquí solo se encontró petroglifos, enigmáticos del país de los chibchas; en el altiplano andino se encontraron grandes piedras pintadas que el prejuicio religioso de los españoles recién llegados llamo “PIEDRAS DEL DIABLO”