Sarrià es un barrio muy ligado a la presencia de comunidades religiosas, teniendo como gran exponente a la Reina Elisenda, la cual el día 17 de enero de 1326, compró dos terrenos propiedad de Bernat Sarrià por el precio de diez mil sueldos barcelonines. Ese terreno lo necesitaba para empezar con la gestión de conseguir las autorizaciones necesarias para acabar fundando un monasterio femenino de monjas de la orden de Santa Clara. Dicho monasterio estaba dentro del denominado barrio de Sarrià, actualmente a causa de la distribución de distritos, pertenece al barrio de Pedralbes.
Para acercarnos más a la vida de la reina Elisenda y conocerla mejor, cabe decir que Elisenda de Montcada (1242-Barcelona, 1364) era hija de una de las casas más antiguas de Cataluña. Era una mujer culta, inteligente y con criterio. Se casó con el rei Jaume II (viudo de su segunda mujer y con 55 años) en 1322 con 30 años a quien siempre aconsejaba en cuestiones de estado cuando hacía falta. No obstante, no fue un matrimonio muy longevo ya que cinco años más tarde, Jaume II murió. El espíritu religioso siempre había sido muy importante para el matrimonio, siendo Elisenda fuertemente pietosa, hecho que los unió en los últimos años de vida de su marido.
Con la muerte de éste, la reina Elisenda se retiró al palacio en febrero de 1329 (donde murió) anexado al monasterio de Pedralbes donde fue enterrada el julio de 1364. Al morir, otorgó en su testamento un gran legado para el monasterio, asegurándose así su continuidad.
Para saber por qué significó tanto para el barrio de Sarrià y qué aportó a la sociedad del momento, haremos un breve resumen cronológico de la historia del monasterio de Pedralbes donde actualmente podemos encontrar los restos de su promotora artística en la Edad Media.
La reina Elisenda, vió cómo se colocaba la primera piedra el 26 de marzo del mismo 1326 y tan solo un año más tarde, el 3 de mayo de 1327 ingresaron 14 monjas al recinto aún inacabado, creando así la primera comunidad de clarisas de Pedralbes. No obstante su construcción se alargó y acabó durando más de un siglo. El monasterio de Pedralbes se construyó y financió por la propia Elisenda de Montcada y siempre tuvo el apoyo económico de la realeza catalana, juntamente con la protección del gobierno de la ciudad.
Esta nueva casa estaba gobernada bajo la regla de Clara de Asís, y permitió a las monjas que habitaban en ella la posesión de bienes propios, así como, una mayor facilidad en la entrada de las mujeres de la nobleza al convento. En su momento fue un monasterio de gran prestigio por sus lazos con la monarquía. Elisenda de Montcada también quiso crear este monasterio propio, en parte, para poder representar sus ideales de vida religiosa.
Ya en la Edad Media, podemos ver diversas formas de religiosidad femenina, siendo el monaquismo una de ellas y la forma espiritual más valorada que la iglesia medieval llegó a ofrecer a las mujeres. No obstante, esta vida monástica tan solo era accesible en exclusiva para aquellas mujeres de estamentos superiores, ya que se necesitaba tener dote para poder entrar en ella. Esta opción religiosa, tanto la conventual como monástica, era la única alternativa aceptada socialmente que tenían las mujeres de la aristocracia para no casarse. Por otro lado, estas instituciones religiosas también eran casi los únicos espacios de cultura que se les permitía acceder a las mujeres.
Actualmente somos conocedores de gran parte de la historia del monasterio gracias a la labor de catalogación y documentación que hizo sor Eulàlia d’Anzizu, la cual fue publicada en 1897 con el nombre de “Fulles històriques del Reial Monestir de Santa Maria de Pedralbes” siendo ésta la base de muchos de los estudios creados con posterioridad.
Por todo ello, Sarrià brinda homenaje y reconocimiento a esta gran figura histórica con gran peso en la comunidad religiosa y civil, otorgándole el Passeig de la Reina Elisenda. Elisenda de Montcada nos enseña que los sueños se hacen realidad, el suyo era la construcción de un monasterio de clarisas el cual, casi 800 años más tarde de su muerte, aún sigue en pie y con clarisas viviendo en él. Siendo considerado el complejo religioso de estilo gótico catalán mejor conservado.