Inaugurado en 2001, el Museo Judío de Salónica se encuentra en un edificio de propiedad comunitaria que fue renovado en 1997 por la Organización de la Capital Cultural de Europa "Salónica 1997". El objetivo y la función del museo es presentar la larga historia de los judíos de Salónica, sus costumbres y su vida cotidiana, así como su actividad profesional. Una colección importante es la de lápidas del cementerio destruido y de miembros arquitectónicos de las sinagogas que fueron demolidas por los nazis. Fechado en 1904, el edificio es uno de los pocos que escaparon del Gran Incendio de 1917. Antiguamente se llamaba "Cedid Han" y albergaba el Banco de Atenas y la sede de "L'Indépendent", una revista judía publicada en lengua francesa de 1909 a 1941. La historia de la población judía de Tesalónica comenzó alrededor del año 140 a.C., cuando llegaron varios judíos procedentes de Alejandría, una ciudad portuaria de Egipto. Sin embargo, algunos investigadores creen que ya en el 315 a.C., año de la fundación de Tesalónica, se había establecido aquí una pequeña comunidad. Flavio Josefo, un historiador judío del siglo I de nuestra era, hizo referencia a la existencia de una comunidad judía en Macedonia. En el año 50 d.C., el apóstol Pablo llegó a la ciudad y predicó, según se cuenta, en la sinagoga Ets Al Haim, presumiblemente situada cerca del puerto, durante tres sábados consecutivos. Durante la época romana, los judíos, los llamados romaniotas, ya que estaban helenizados y hablaban la lengua griega, habían ganado cierta autonomía, formando una comunidad coherente que crecía y se expandía continuamente en diferentes partes de la ciudad. En la época bizantina, Tesalónica era una ciudad rica y una verdadera encrucijada cultural. La política de los emperadores bizantinos de convertir al cristianismo a las distintas comunidades de sus territorios llevó a la creación de legislaciones antijudías. El emperador Justiniano I calificó a los judíos de ciudadanos de segunda clase y prohibió la recitación de la oración diaria (Shema).Otros gobernantes bizantinos como Vasilios I el Macedonio y León VI el Sofos (que significa el Sabio) obligaron a los judíos a bautizarse o a abandonar la ciudad. Durante los años siguientes, las condiciones de vida de la comunidad no cambiaron. En 1169, el viajero Benjamín de Tudela visitó Tesalónica y citó en su libro de viajes que conoció una próspera comunidad, dedicada al comercio y la industria de la seda, que contaba con 500 ciudadanos, mencionando también a Rabin Samuel como jefe de la comunidad. Durante el siglo XIII y hasta finales del XIV, judíos de otros países de Europa emigraron a Salónica. Durante los siete años de gobierno veneciano, de 1423 a 1430, los elevados impuestos impuestos a la comunidad obligaron a varios judíos a abandonar la ciudad.