Es una acrópolis romana situada en la Plaza de la Vila de Madrid y sus alrededores. El yacimiento queda a un nivel inferior al de la plaza aunque se permite ver desde la calle. Es uno de los diversos espacios patrimoniales gestionados por el Museo de Historia de Barcelona. De los siglos I a III, la ley romana prohibía los enterramientos dentro de la ciudad, y por ello las áreas funerarias de Barcelona se situaban fuera, a lo largo de los caminos que salían.
Se consideraba una vía sepulcral secundaria, alejada de la muralla y allí se enterraban a personas de clase media o baja. Como esclavos. Esta acrópolis de esta época se encontraba en mejor estado de conservación y mejor estudiada, del resto solo se han localizado restos puntuales.
En esta acrópolis todavía podemos ver unos 85 elementos funerarios que aún se conservan, sobre todo del siglo II dC al lll, que abarcaban los tipos más frecuentes de sepultura romana de categoría humilde.